El bruxismo en niños y adolescentes y las consecuencias de apretar y rechinar los dientes es motivo de preocupación de muchos padres o cuidadores. Con frecuencia, éstos muestran su inquietud cuando acuden a la consulta odontopediátrica.
El bruxismo es un patrón parafuncional donde la mandíbula realiza movimientos no funcionales durante el día (bruxismo diurno) y/o la noche (bruxismo nocturno). El bruxismo se realiza de forma voluntaria o involuntaria y se considera normal en los niños. Coloquialmente, sería la acción de apretar los dientes o rechinar los dientes, sobre todo, al dormir.
Este patrón parafuncional de apretar los dientes se suele asociar con los cambios en los dientes. Es una forma natural de estimular la dentición y favorecer la formación ósea y muscular de la cara. A medida que aumenta la edad y el recambio dentario progresa, el bruxismo desaparece en muchos niños. Por tanto, podría considerarse una condición limitada para algunos que no necesariamente progresa a bruxismo cuando son adultos. Sin embargo, sí es cierto que el bruxismo puede aparecer a cualquier edad por motivos psicológicos. Es común apretar o rechinar los dientes como un patrón de descarga de emociones y tensiones, y puede establecerse como un hábito.
Las repercusiones van a depender de la resistencia de cada una de las estructuras involucradas. Asimismo, de la duración, frecuencia e intensidad de la actividad de apretar los dientes o bruxista. Aunque las fuerzas del bruxismo pueden transmitirse a las estructuras del sistema masticatorio, algunas de ellas se absorben sin efectos secundarios, Sin embargo, otras pueden provocar alteraciones de diversos grados en los niños, adolescentes o jóvenes. Las estructuras que se van afectar son: los dientes y sus tejidos de sostén, los músculos masticatorios y la ATM. Desde el punto de vista clínico y visual, lo más característico de esta parafunción es el desgaste de la superficie de los dientes primarios de los niños. El tratamiento del bruxismo se individualizará en función de cada paciente, analizando el dentista infantil o juvenil u odontopediatra el origen del problema en cada caso.
