Succión del dedo en los niños, ¿puede ser un hábito nocivo?
La succión del dedo pulgar o de varios dedos, también conocida como “succión digital”, es un hábito oral muy recurrente entre los bebés y niños. En ocasiones, este hábito puede prolongarse hasta edades mayores y generar consecuencias a nivel de la cavidad oral.
Los recién nacidos experimentan el reflejo de succión digital de forma involuntaria, ya que les aporta una sensación de bienestar, y por otro lado les interrelaciona con el mundo exterior.
¿Qué produce la succión digital?
Debido a que durante este hábito el dedo o dedos contactan de manera prolongada con el paladar, con el tiempo es posible que esta costumbre lo deforme y de lugar a un problema de maloclusión. No obstante, esto dependerá de la forma, frecuencia e intensidad de la succión digital del niño. Por otro lado, con frecuencia la lengua se ve obligada a mantener una posición baja y se interpone en la zona abierta, con lo que contribuye a su persistencia.
¿Qué consecuencias ocasiona la succión del dedo en niños?
Las consecuencias de este hábito prolongado principalmente son la mordida abierta anterior (los dientes anteriores superiores e inferiores no contactan), la posición anterior del maxilar superior acompañada de un desplazamiento hacia atrás de la mandíbula, así como la persistencia de una deglución infantil. Tal y como se puede intuir, la succión digital producirá deformaciones parecidas a las que pueden generar el uso del biberón y del chupete más allá del año de edad.
La Academia Americana de Pediatría recomienda que el hábito de succión digital cese antes de los 3 años de edad. Con estos años, no se suelen recomendar intervenciones activas debido a si se abandona el hábito antes de los 4 años generalmente se autocorrigen muchas de las maloclusiones producidas. En edades más avanzadas, con el recambio dentario, se debe contemplar la posibilidad de una participación más activa mediante técnicas de modificación de conducta o con aparatos, de acuerdo con el paciente y sus padres.
¿Cómo eliminar el hábito de succión digital?
El odontopediatra, con la ayuda de las familias, debe valorar cada caso de individualmente y juzgar la manera en la que se gestionará este hábito. Como ya se ha comentado, hoy en día existen técnicas psicológicas y odontológicas para ello.
Pese a lo que se pueda pensar, normalmente la repetición e insistencia constante de los padres hacia el niño, pidiéndole que deje de succionar el dedo o los dedos, refuerza el hábito y retrasa la interrupción del mismo. Por ello, aconsejamos acudir a un profesional formado y especializado en odontopediatría para valorar al niño y guiar así a las familias.
Referencias:
Boj JR, González, P, Hernández M, Cortés O. Odontopediatría. Dudas y aclaraciones. México DF.