Mal aliento en niños: ¿qué es y por qué se produce?
El mal aliento es posible en niños manifestándose en la forma de un olor fuerte y molesto. Se denomina “halitosis” cuando aparece un aliento desagradable que puede ser o bien transitorio, o bien, permanente. Sin duda, se da con mayor frecuencia en personas adultas o de edad avanzada, aunque es posible que también se presente en niños y jóvenes, o incluso en bebés.
Sin duda, el mal aliento acostumbra a preocupar mucho a los papás. Les tranquiliza conocer su origen y, evidentemente, que sea algo transitorio. En muchas ocasiones, el niño o adolescente no se da cuenta de ello y son los padres quienes perciben el olor desagradable.
A continuación, te explicamos qué es y cuándo se produce.
¿Cuáles son las causas de la halitosis?
Causas del mal aliento transitorio
La causa de un mal aliento transitorio, también conocido como halitosis fisiológica o normal, aparece en el momento de levantarse. Por lo tanto, es transitoria debido a que se produce por las horas de inactividad nocturna, durante las cuales se reduce la producción y el flujo de saliva. Por ello, las bacterias se descomponen en la boca y degradan los restos de alimentos presentes en ella. Sin duda, la saliva ayuda a alejar olores desagradables gracias a su función anti-bacteriana.
Causas del mal aliento permanente
En otros casos, la halitosis puede ser permanente. Esta circunstancia, nos advierte de otros posibles problemas en la salud bucal:
- una higiene dental insuficiente: es fundamental realizar un cepillado correcto y utilizar un enjuague bucal si fuese necesario,
- restos de alimentos retenidos en los espacios interdentales: también es fundamental utilizar hilo dental de forma habitual para eliminar los restos que contribuyen al mal aliento,
- presencia de placa blanda o dura en los dientes: como provoca mal aliento se recomendará una higiene bucal en la clínica dental infantil,
- cálculos tonsilares en las amígdalas: éstos restos, que no suponen ningún riesgo para la salud, aparecen cuando se quedan atrapados residuos de comida en las hendiduras o fosas de las glándulas que tenemos en la garganta,
- lengua blanca o saburra lingual: en ocasiones, se forma una capa blanquecina en la parte posterior de la lengua, consecuencia de células procedentes de la descamación de la misma junto con partículas de los alimentos. Con todo ello, las bacterias se desarrollan causando el mal aliento,
- moco retro-faríngeo: cuando las fosas nasales están obstruidas y el moco queda retenido en la garganta, también puede contribuir, a través de la descomposición de bacterias, a causar olor. Muy frecuente en niños pequeños. Y, finalmente,
- gingivitis: este es el tipo más benigno de enfermedad de las encías. Como sabemos, las encías actúan como sostén de los dientes en la cavidad oral.
Por otro lado, en algunas ocasiones, la halitosis puede ser consecuencia de enfermedades que conviene detectar a tiempo para tratarlas como un problema médico. Es por ello que siempre ha de ser una señal de aviso, incluso en niños, en los que además puede producir una alteración en la relación con sus amigos y compañeros en su centro educativo.
¿Cómo actuar ante el mal aliento?
En caso de detectar la halitosis, lo primero que hacemos los odontopediatras es evaluar la higiene oral del niño.
Por lo tanto, si resulta deficiente o inadecuada, hemos de mejorar los hábitos de limpieza bucal:
- mediante el cepillado, que ha de ser supervisado por los cuidadores tras cada comida,
- uso del hilo dental o flossers y
- limpieza de la lengua mediante el cepillado suave o con ayuda de dispositivos específicos.
En segundo lugar, analizaríamos si existe algún trastorno en el recambio o desarrollo dentario, así como en el estado de las encías, mencionado anteriormente.
¿Qué enfermedades pueden causar el mal aliento?
En caso de persistencia de la halitosis, el odontopediatra consultará con el pediatra para que este evalúe al niño o adolescente.
Con mucha frecuencia, en algunos pacientes puede ser causada por enfermedades respiratorias, tales como infecciones respiratorias y de las amígdalas, o problemas sinusales. En otros casos, por enfermedades digestivas, tales como el reflujo gastroesofágico. También pueden existir trastornos de la sangre, problemas hepáticos o insuficiencia renal. En tales situaciones, el tratamiento de la halitosis es el de la enfermedad responsable.
Es importante recordar la recomendación de realizar revisiones periódicas por el dentista infantil, que puede ayudar a detectar y resolver las causas de halitosis causadas por enfermedades o trastornos de la dentición o de las encías.
En muchas ocasiones, la comunicación entre profesionales es necesaria para resolver el origen de la halitosis: nos referimos al pediatra, odontopediatra y al otorrinolaringólogo. Sin duda, también a las observaciones de los papás.
Referencias: