El tratamiento pulpar completo del diente permanente o endodoncia en niños, adolescentes y jóvenes se lleva a cabo generalmente tras un traumatismo o por la afectación del nervio del diente después de sufrir un proceso de caries extenso. A este procedimiento, se le conoce popularmente como “matar el nervio”.
La endodoncia pediátrica del diente consiste en la eliminación total de la pulpa o nervio del diente o molar permanente, tanto la que se localiza en las raíces como en la corona. Este término es conocido popularmente por las familias como “matar el nervio”, definición que no gusta mucho en el ámbito de la consulta infantil o juvenil, debido a su connotación negativa ya que puede generar miedos o aprensión en los niños, adolescentes o jóvenes.
La endodoncia tiene como objetivo la limpieza del sistema de conductos y la eliminación de bacterias y tejido nervioso para dejar los conductos radiculares lo más asépticos posible.
Durante el procedimiento de la endodoncia, denominado coloquialmente, tal como hemos dicho, “matar el nervio”, se desinfectan todas las áreas donde se encontraba el tejido nervioso mediante productos específicos y posteriormente se obturan o rellenan los conductos con un material diseñado para ello, que permite sellar este espacio y aislarlo, evitando la nueva colonización por parte de las bacterias en la zona donde estaba el nervio.
Cuando se lleva a cabo una endodoncia en niños o jóvenes tendremos en cuenta el número de raíces del diente, la forma de las mismas, la presencia o no de calcificaciones en los conductos radiculares, el proceso patológico previo que sufrió el diente o molar, así como la colaboración por parte del niño, adolescente o joven. En función de todos estos factores, el tiempo o duración de la endodoncia variará, así como su precio. Será la valoración previa del caso, por parte del odontopediatra o endodoncista infantil o juvenil, la que podrá guiar a los padres en los tiempos del tratamiento para “matar el nervio” del niño, adolescente o joven.
