La caries dental en niños, adolescentes y jóvenes es actualmente la enfermedad crónica más frecuente en la infancia, y tiene una elevada prevalencia en la población española.
En esta enfermedad multifactorial, que se localiza tanto en los “dientes de leche” como en los dientes definitivos, interaccionan factores dependientes de los dientes: el tipo de dieta, la placa bacteriana y el tiempo.
Las caries infantiles y juveniles pueden tratarse de diferentes maneras en función de la localización de la lesión, su progresión y su actividad.
El abordaje en caries de estados más iniciales puede ser más conservador, pudiendo emplearse técnicas menos invasivas como la aplicación de selladores de fosas y fisuras u otros productos mediante los que se consigue remineralizar la superficie con la lesión.
En estos casos, el dentista infantil o juvenil tiene que recurrir a restaurar con composites estéticos el diente y en última instancia, si el nervio del diente se ve afectado, será necesario realizar un tratamiento pulpar. En algunas ocasiones, además, se aconseja la colocación de una corona (funda), cuando el tejido perdido por el avance de la caries en los niños, adolescentes o jóvenes ha destruido demasiada estructura dental.
El odontólogo infantil o juvenil siempre trata de curar la caries estableciendo un tratamiento preventivo y conservador adecuado a cada caso. Los correctos hábitos de limpieza dental, las dietas adecuadas recomendadas por el odontopediatra, junto con el tratamiento indicado para curar los dientes permitirán evitar futuras caries en niños, adolescentes y jóvenes. De esta forma se consigue lograr una óptima salud oral en la población infantil o juvenil. Como siempre decimos los dentistas de niños, adolescentes y jóvenes: la caries siempre se puede prevenir.
Depende del caso. Las caries activas en la población infantil o juvenil con muchos factores de riesgo tienen una progresión rápida, mientras que caries iniciales en niños, adolescentes o jóvenes motivados e implicados en su salud oral pueden evolucionar más lentamente. Lo más importante en estos casos es hacer visitas preventivas a la clínica dental infantil o juvenil para detectar cuanto antes cualquier tipo de patología.
La ausencia o el aplazamiento del tratamiento de un diente con caries puede suponer la aparición de dolor, infección e inflamación en el niño, adolescente o joven. Además, se debe tener en cuenta que en ocasiones el diente con una lesión de caries extensa y gran destrucción no puede ser tratado y se requiere su extracción. En este último caso, la masticación, la estética, el desarrollo facial, óseo y muscular se verán afectados, así como el mantenimiento del espacio en el caso de pérdida de un diente temporal.
La hipoplasia dental es una alteración de la cantidad de esmalte y minerales que forman el diente, mientras que la hipomineralización dental es un defecto en la calidad del esmalte.
La pulpotomía y la pulpectomía son procedimientos que tienen lugar en el nervio del diente temporal de un niño. En un caso la cantidad de tejido pulpar eliminado es parcial, mientras que en el otro es total.
La endodoncia consiste en el tratamiento pulpar completo del diente permanente de un niño, adolescente o joven adulto, que se lleva a cabo generalmente después de sufrir un proceso de caries extenso.
Existen diversos motivos por los que los niños, desde que son bebés hasta que se convierten en jóvenes adultos, pueden sufrir dolores bucales o dentales.
